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Mamá, mami, pareja, mujer.

Tratar de remotamente comprender lo que significa ser madre desde la perspectiva del hombre me parece una tarea ociosa, imposible. Estoy convencido que es algo mas allá de nuestro entendimiento y solo intentamos imaginarlo por los comportamientos que vemos en nuestras propias madres y esposas, las madres de nuestros hijos.

 

Pero por otro lado todos hemos tenido una mamá que como mínimo dedicó su cuerpo a dar todas las condiciones necesarias para que nos desarrolláramos desde un milimétrico embrión hasta un bebe completamente formado meses después. Y creo que ahí están las primeras sensaciones y sentimientos que escapan a la comprensión del hombre; el tener algo creciendo poco a poco por meses dentro de ti, sentir todas las alteraciones que provoca en tu organismo, sentir como se mueve, saber que algo extraordinario: otra vida humana, existe dentro de la tuya y que algún día estará fuera de ti enfrentándose al mundo, debe ser algo maravilloso a la vez que tremendamente comprometedor.

Desde ahí, deben crearse esos lazos energéticos y emocionales que mantienen a una madre unida a sus hijos de por vida, que le permiten leer sus pensamientos, sentir sus emociones y anticiparse a sus necesidades. No hay duda de la dedicación, sacrificio y cuidado que una madre siente por sus hijos es la muestra más grande de altruismo, generosidad y amor desinteresado que existe entre los seres humanos.

 

Y de ese amor, de esa responsabilidad interminable, de esa aceptación sin condiciones, de ese poner siempre primero al hijo nacen nuestros más importantes soportes emocionales y nuestras más importantes lecciones para la vida y para el éxito.

Y como una gran oportunidad que se nos escapa, a veces no vemos como mamá tiene la respuesta al problema, la solución a la maraña en la que nos sentimos envueltos a veces, y que puede ser tan sencilla como “¡todo estará bien!”

 

Si tan solo recordáramos esas trilladas frases nuestra vida sería más sencilla, si las aplicáramos nuestros éxitos y satisfacciones mayores. Reflexiona hoy: ¿qué cosas me ha dicho mi madre o mi pareja que me han ayudado a ser más exitoso?, ¿a hacer mejores negocios?, ¿a ser un mejor estudiante o empleado?, ¿a recuperarme y continuar?, ¿a recordar lo importante?, ¿a estar más feliz y satisfecho con mi vida?

 

Por eso este día me permito recordar algunas frases que habrán escuchado de su mamá como: “échale ganas”, “no te preocupes, todo saldrá bien”, “no te desesperes las cosas siempre se arreglan”, “no te malpases, come bien”, “ánimo síguelo intentando”, “lo importante es que tienes salud”, “no te desveles, descansa”, y tantas otras que convierten a las mujeres en ese lugar seguro dentro de las tormentas de la vida, en ese espacio protector en el que podemos descansar, recargar baterías, levantarnos después de caídas y salir de nuevo al mundo.

 

Toda mujer es una madre en potencia, y creo que toda madre es una madre para todos no solo para sus hijos, como lo demuestran cuando estas mismas palabras y frases de aliento, ánimo y confort son dirigidas de cada mujer a esposos, amigas, y a todo al que pueden ayudar.

 

Qué mundo diferente tendríamos si todos fuéramos madres, y si lográramos ser ese espacio de seguridad y confort para toda la gente con la que nos cruzamos; o si tan solo como lo sugieren alguna filosofía pudiéramos imaginar en todo momento, que todo ser humano en algún punto de los interminables ciclos de la vida y el renacer ha sido nuestra madre y que por tanto debemos tratar a todos con ese respeto y agradecimiento con el que tratamos a nuestra madre natural.

 

Pero volviendo a nuestra propia madre y esposa aprovechemos este día de su celebración para reconocer el apoyo que son en nuestras vidas, para entender que la devoción que nos tienen es algo muy preciado que excede cualquier  agradecimiento. Que son coaches, animadoras, choferes, enfermeras, cocineras, maestras, lideres y sobretodo poseen una sabiduría natural producto de esa función de mamis que si escucháramos nos evitaría algunos problemas, nos sacaría de algunos otros y principalmente nos haría entender que lo más valioso y gratificante de la vida es dar y que la mayor tranquilidad nace de saber que las cosas siempre estarán bien.

 

Mamá, mami, gracias por ser ese espacio estés cerca, lejos o aun cuando te hayas ido, tu presencia en mí es permanente. Muchas imágenes en mi memoria me recuerdan tus cuidados, esfuerzos, sacrificios y preocupaciones y por ti puedo apreciar esas acciones en todas las mujeres y valorarlas.

 

A mi pareja, mamita, gracias por ser mi compañera y ser una madre para nuestros hijos, gracias por ser ese espacio de confort en el que se puede descansar, en el que es posible recuperarse, recobrar ánimos, enfocarse, darle atención a lo importante y ser una mejor persona, mejor padre, mejor hombre.

 

Felicidades a todas las mamis, felicidades a todas las mujeres, madres actuales o futuras; son la mejor expresión de la vida humana y de sus más grandes valores.

 

 

Mayo 2010 Guillermo Mendoza

Coach Ejecutivo, conferencista, escritor, empoderando individuos y organizaciones a transformarse obteniendo los resultados que quieren más rápido y mejor.

Guillermo Mendoza gmendoza@conegte.com

Houston (832)334-3583 México (55)8421-4647

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